domingo, 25 de marzo de 2012

La meditación hace que el cerebro procese más rápidamente la información

Un estudio revela, además, que existe una relación directa entre el grado de girificación del córtex y el número de años meditando


Las personas que meditan tienen más pliegues (o mayor grado de girificación) en la corteza cerebral, lo que hace que sus cerebros procesen la información más rápidamente que los cerebros de los individuos que no meditan. Además, cuanto más tiempo se lleve meditando, mayor cantidad de pliegues aparecerán en diversas áreas del córtex. Esto es lo que ha revelado un estudio realizado por científicos de la Universidad de California en Los Ángeles, en el que fueron analizados los escáneres cerebrales de un total de 100 personas, la mitad de ellas practicantes de la meditación durante una media de tiempo de 20 años. Por Yaiza Martínez.


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Los círculos en rojo indican dónde se produjo el máximo efecto de la meditación en el cerebro. Imagen superior: Mayor girificación de las personas que meditaban, en comparación con las personas que no lo hacían. Imagen inferior: Relación positiva entre la girificación y el número de años meditando. Fuente: UCLA.

Las personas que meditan tienen más pliegues (o mayor grado de girificación) en la corteza cerebral, lo que hace que sus cerebros procesen la información más rápidamente que los cerebros de los individuos que no meditan. Esto es lo que ha revelado un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Neuro imagen de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), y del que se ha hecho eco la UCLA en un comunicado.
 

Anteriores evidencias obtenidas en esta misma Universidad habían constatado que el hábito de meditar, mantenido durante años, aumenta el grosor del cerebro y fortalece las conexiones neuronales. Ahora, esta nueva investigación ha constatado que la 
meditación aporta otro beneficio más al cerebro.


Meditación y neuroplasticidad cerebral

 

En términos generales, la meditación es la práctica de un estado de atención concentrada sobre un objeto externo, el pensamiento, la consciencia, o el propio estado de concentración. En el ámbito religioso, la meditación es importante dentro del
budismo, pero existen diversas escuelas de meditación, cada una de ellas con sus técnicas específicas. 

Por ejemplo, para el budismo zen, la meditación es un estado natural de crecimiento, y para el 
hinduismo, en las escuelas de yoga y vedānta, la meditación es parte de dos de las seis ramas de la filosofía hindú. En la práctica budista de Theravāda, por otro lado, la meditación involucra tanto técnicas como samādhi yvipassana, como el desarrollo de la bondad y el conocimiento superior.  Los investigadores de la UCLA, entre los que se encuentra la profesora Eileen Luders, descubrieron concretamente que existe una relación directa entre la cantidad de girificación cerebral y el número de años meditando, lo que, según los científicos, posiblemente constituya una prueba de la neuroplasticidad cerebral o capacidad del cerebro para adaptarse a los cambios del entorno.

Objetivo del estudio
 
La corteza cerebral es la capa más externa del tejido neuronal del cerebro. Entre otras funciones, esta región cerebral juega un papel clave en la memoria, la atención, el pensamiento y la conciencia. Por su parte, la girificación o el pliegue cortical es el proceso por el cual la superficie del cerebro experimenta cambios que originan estrechos surcos y pliegues, conocidos como giros y
surcos. La formación de estas estructuras estimulan e incrementan el procesamiento neuronal. Por tanto, cuantos más giros y surcos presente el cerebro, mayor capacidad tendrá éste para procesar información, tomar decisiones o crear recuerdos.
 

Según Luders, lo que se pretendía con la presente investigación era: “Averiguar si existe un vínculo entre la práctica de la meditación y la extensión de las alteraciones cerebrales, es decir, relacionar el número de años de práctica de meditación con el grado de pliegues” (en el cerebro). Para tratar de desvelar esta incógnita, los científicos realizaron escáneres de resonancia magnética
(IRM) a los cerebros de 50 personas que meditaban (28 hombres y 22 mujeres) y compararon los resultados con los escáneres de otros 50 individuos de un grupo de control. Los escáneres de estas personas del grupo de control se tomaron de una base de datos IRM ya existente, mientras que los escáneres de los individuos que meditaban se obtuvieron en diversas reuniones de meditación.
 

Las personas que meditaban analizadas habían practicado la meditación durante una media de 20 años. Sus prácticas eran de tipos diversos, como Samatha, Vipassana o Zen, entre otras. Los investigadores aplicaron métodos de medición del cerebro completo, bien establecidos y automatizados, para analizar la girificación cortical en miles de puntos de la superficie del cerebro.


Fuente: PhotoXpress.

Resultados obtenidos

 

De esta forma, descubrieron pronunciadas diferencias entre ambos grupos de personas (niveles más altos de girificación en los practicantes de la meditación) en amplios tramos del tejido de la corteza, incluido el giro precentral izquierdo, la 
ínsula dorsal anterior derecha, el giro fusiforme derecho y el cúneo derecho. Además, los científicos pudieron constatar, a partir de los resultados obtenidos, una relación positiva entre el número de años practicando la meditación y la cantidad de girificación insular.
 
La ínsula es una estructura ubicada profundamente en la superficie lateral del cerebro, y se cree que funciona como centro de integración de los sistemas autónomo, afectivo y cognitivo. Según Luders, dado que “se sabe que las personas que meditan son maestros de la introspección y de la conciencia, así como del control emocional y de la autorregulación”, tendría sentido el hecho de que cuanto más más se medite, mayor sea el nivel de plegamiento de la ínsula.
 
Aunque Luders reconoce que la genética y otros factores ambientales podrían haber contribuido también a los efectos observados por los investigadores en el cerebro, afirma que “la relación positiva constatada entre girificación y años de meditación respaldan la idea de que la meditación incrementa la girificación regional” en el cerebro humano. Los científicos han detallado los resultados de su estudio en la revista
Frontiers in Human Neuroscience. Investigaciones anteriores a la realizada por Luders y sus colaboradores han aportado en los últimos años algunas evidencias sobre los beneficios de la meditación para el cerebro. 

Entre las más recientes están 
la realizada, en 2011, por científicos del Massachusetts General Hospital (MGH) de Estados Unidos (en la que se constató que meditar media hora diaria durante ocho semanas ya provoca cambios mensurables en regiones del cerebro relacionadas con la memoria, el sentido del yo, la empatía y el estrés); y la llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte (UNCC), en Estados Unidos, que reveló que con tan sólo un rato corto de meditación durante pocos días los seres humanos pueden aumentar sus capacidades cognitivas.

FUENTE: www.tendencias 21.net

viernes, 16 de marzo de 2012

LA MENTE COMO VELO








La ciencia ha ocultado la verdadera esencia del hombre, ha colocando por delante un velo poderoso: la mente, y un instrumento la ciencia. Ambos nos han tendido una celada que nos permite mirar sin darnos cuenta que no nos permite ver. Puesta así la mente y la ciencia en la cúspide de la escala de valores ha sustituido al ser por el hacer cuando no por el tener. La mente maneja el desarrollo de la ciencia colocando el pensamiento en el horizonte temporal de sus posibilidades. Recorta y secciona la realidad en múltiples partes, moldea y manipula, divide al hombre y a los hombres. En la división está su esencia.

Una Nueva Religión llamada Ciencia






La ciencia se ha adueñado de nuestro conocimiento, ha invadido todos los sectores. Cual religión que domina el mundo no ha dejado espacio para el desarrollo de otro tipo de conocimiento. La fe en la ciencia es categórica, supera con creces a la fe que desarrollo el cristianismo, el budismo y la fe musulmana juntos en sus épocas de máximo esplendor. La verdad que predicara la palabra de dios fue sustituida por la verdad que emana de la boca de los científicos. Los resultados positivos obtenidos por la ciencia, sus aciertos, los avances tecnológicos, el poder que otorga, han hecho de la ciencia una verdad incontrastable. El solo hecho de que alguien exprese que un hecho ha sido demostrado científicamente sienta bases firmes de credibilidad. La verdad científica arroja luz sobre aspectos muy importantes de la realidad, pero también su luz proyecta sombras que oscurecen aspectos humanos de vital importancia. Tal cual esta planteada hoy en día, la ciencia deja huérfanos a los humanos de la adquisición de conocimientos fundamentales.
Daniel Bidolski (2009)